La silueta de la Sierra de Guadarrama es el telón de fondo que enmarca el paisaje de las tierras de Pedraza y su alfoz. Bosques de encina y enebro (como aquí se conoce a la sabina albar), cubren las lastras pedregosas que se impregnan del aroma a tomillo, espliego, mejorana y salvia. Entre ellos se intercalan frondosos prados de pasto, delimitados por los tradicionales muros de piedra seca, en los que el ganado sestea a la sobra de fresnos y encinas centenarias. Estos paisajes ganaderos del piedemonte son, sin duda, uno de los atractivos de la Tierra de Pedraza. Aquí vive una gran diversidad de fauna como zorros, tejones, conejos, liebres, corzos, ginetas, garduñas, comadrejas, jabalíes… aunque si tenemos que destacar a un habitante especial esta es sin duda el Águila Imperial Ibérica, única por su espectacularidad y belleza. Pero ésta no es la única rapaz que frecuenta los paisajes que rodean las Rades de Abajo, Pedraza y La Velilla, también se puede observar al aguililla calzada, al águila culebrera, el halcón peregrino, el buitre negro, los milanos real y negro o incluso el Búho Real. Este último prefiere para anidar los cortados rocosos que se forman en los retazos del macizo calcáreo sobre los que se alza Pedraza de la Sierra, resquebrajados por el paso de los arroyos del Vadillo y el Encinarejo, que forman pequeños cañones que fueron la fortificación natural de la villa. En ellos viven también buitres leonados, alimoches, aviones roqueros y comunes, golondrinas, chovas, cornejas y el roquero solitario. Pedraza es un paraíso para aves y pequeños pájaros como jilgueros, pardillos, currucas, chotacabras, alondras, totovías, oropéndolas, abejarucos, alcaudones y un sinfín más. En la vega de este último se conservan las antiguas huertas regadas por las acequias que recogen el agua de los manantiales que afloran en el roquedo, formando pequeños vergeles que en verano destacan coloridos entre el blanco ceniciento y anaranjado de la roca. Aquí se encuentra el Centro Temático del Águila Imperial Ibérica desde el que parten varias rutas de senderismo como la Senda de las Tongueras, la de la Dehesa o la ruta de la Tierra de Pedraza, de veinticinco kilómetros de extensión.